Son muchos los beneficios que un buen masaje aporta, alivia el estrés y el dolor, nos ayuda a relajarnos, mejora la flexibilidad y postura del cuerpo… por eso es importante saber ofrecer un buen masaje. En este artículo ofrecemos unos consejos básicos para poder lograr el objetivo deseado.
Consejos de expertos
En primer lugar, debemos asegurarnos de que es un buen momento para dar un masaje, absteniéndonos si el paciente tiene fiebre o irritación en la piel.
Lo ideal sería preguntarle qué áreas de su cuerpo le gustaría trabajar, cuales evitar, si hay alguna técnica de masaje que prefiera, etc. De esta forma se puede mejorar el diseño de una sesión que se adapte a las necesidades y objetivos del cliente.
Debemos crear un ambiente relajado y cálido, el uso de velas aromáticas y música relajante puede mejorar notablemente la sesión. También es adecuado ambientar la habitación en la que vayamos a trabajar con colores suaves y luces tenues sin estar sobrecargada de decoración.
Podemos emplear nuestro peso corporal para evitar fatigas en los brazos. Un buen masaje también se basa en la postura del terapeuta.
Para evitar una fricción incómoda y ayudar a que las manos se deslicen fácilmente, podemos usar una loción de masajes, pero no debemos verterla directamente sobre el cliente, sino utilizarla en nuestras propias manos.
También debemos evitar pellizcar o agarrar los músculos. Podemos prevenir esto manteniendo los dedos juntos y utilizando toda la mano.
Tipos de masaje
Existen muchos tipos de masajes y cada uno se utiliza para una cosa distinta. Os dejamos una guía rápida de los masajes más usuales.
El masaje sueco. Si nunca ha realizado masajes, esta es una buena técnica para empezar. Se trata de utilizar trazos largos y suaves, alternando movimientos circulares en las capas superficiales del músculo.
Aromaterapia. Es la terapia de masaje con la utilización de uno o más aceites esenciales. Se pueden seleccionar los aceites adecuados para relajar, energizar, reducir el estrés, etc., dependiendo del tipo de necesidad.
Masaje con piedras calientes. Se colocan piedras volcánicas en ciertos puntos del cuerpo para calentar y relajar los músculos tensos y equilibrar los centros de energía.
Shiatsu. Es una técnica de masaje japonesa, basada en utilizar la presión del dedo en una secuencia rítmica en los meridianos de acupuntura. Cada punto se mantiene de dos a ocho segundos para mejorar el flujo de energía y ayudar al cuerpo a recuperar el equilibrio.
Masaje prenatal. Es un tipo de masaje realizado durante el embarazo, reduce el estrés, la ansiedad, disminuye la inflamación y también alivia dolores y molestias. Además esta técnica se adapta a las necesidades individuales de cada mujer.
Masaje deportivo. Estos masajes son para personas que están involucradas en la actividad física. El objetivo no es la relajación, sino en la prevención y el tratamiento de lesiones, así como mejorar el rendimiento.
Camillas
La camilla de masaje es una pieza importante en el equipo del terapeuta, ya que de esta depende la comodidad del paciente.
Como hemos mencionado anteriormente, existen numerosos tipos de masajes y para cada uno está la camilla adecuada.
Para poder elegirla, debemos tener en cuenta algunos aspectos de la misma, como nos cuenta Kironoa, expertos en la fabricación de camillas para masajes:
– El ancho de la camilla debe de ser suficiente para que todos los tipos de clientes se sientan cómodos en ella y que le pueda permitir ofrecer un tratamiento eficaz sin poner tensión en su propio cuerpo.
– La longitud de la camilla también es importante, ya que tener la adecuada, aumenta la comodidad del paciente. En la actualidad, muchas camillas disponen de soportes extraíbles para aumentar su longitud.
– La altura es un requisito más para el terapeuta que para el cliente. La altura ideal sería en la que el especialista no tuviera que encorvarse para dar el tratamiento, ya que esto supondría una molestia. Para solventar esto, existen camillas con alturas regulables para poder adaptarse a sus necesidades.
– El peso es un factor a tener en cuenta si es un terapeuta que se desplaza. Se pueden distinguir dos tipos de peso, el de trabajo y el de carga.
El peso de trabajo es el que puede soportar la camilla de masaje durante los tratamientos, y el de carga es el peso de la propia camilla.
Como ya sabemos, los fisioterapeutas a veces parecen vigilantes de los masajes, siempre atentos por si el objetivo es un masaje relajante o terapéutico. En el último caso lo adecuado sería acudir a un profesional sanitario para realizar el tratamiento, sin olvidar que los masajes pueden ser un apoyo excelente para la cura de las lesiones.
Articulo extraido de https://www.revistafeminity.com/consejos-para-dar-masajes-profesionales/
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